Cuando los tiempos cambian, el modo de hacer las cosas debe transformarse también. Sobre la base de esta premisa nace el Big Data marketing que, junto con el resto de las áreas donde la estrategia se aplica con éxito, presenta cuatro dimensiones: volumen o cantidad de información, variedad, velocidad de crecimiento o aparición y veracidad. Y cada una de ellas posee sus propias características.
Por volumen nos referimos a una masa ingente de datos, cuya fuente está compuesta por máquinas, equipos electrónicos e interacciones continuas, como las generadas por las redes sociales. Todo este flujo de información, generado por los clientes en tiempo real, es aprovechado por el Big Data Marketing para identificar qué busca el público y así ofrecerle con exactitud lo que necesita, en el instante adecuado. Además, permite evaluar la eficiencia de las acciones implementadas.
Cuando hablamos de variedad hacemos referencia a las distintas fuentes, que pueden ser del tipo estructurado o no. Para explicarlo, digamos que en un pasado reciente el almacenamiento se hacía en hojas de cálculo (Lotus 123, Quattro Pro, Excel) y bases de datos (Dbase, Oracle). Hoy en día tenemos correos electrónicos, fotos y vídeos, archivos PDF, MP3, sistemas de monitorización y seguimiento a distancia, resultados de encuestas y campañas publicitarias, etc.
Aprovechar los datos es posible con la tecnología actual
La velocidad analiza el ritmo de entrada de la información, que llega de manera continua desde sensores, móviles inteligentes y otros. Al interpretarla, los directivos de las empresas pueden tomar mejores decisiones y diseñar estrategias de mercado que les proporcionen una ventaja competitiva en el sector. Por ejemplo, si los resultados arrojan que se venden mejor los pasteles de hojaldre por la mañana, ¿qué hace entonces la panadería en cuestión?, los elabora principalmente en esas horas.
Determinar la veracidad de los datos es fundamental. La empresa que aplica las herramientas de Big Data debe con honestidad preguntarse si las correlaciones establecidas se relacionan con la problemática en estudio o si las soluciones sugeridas de verdad serán efectivas; de lo contrario, se corre el riesgo de alejar en vez de atraer a los clientes. Por esto, conviene contratar a un equipo profesional, íntegro que mantenga la pureza del sistema y realmente aporte valor.